LN (79)

Los episodios de internas y escándalos en Boca no empezaron con la mención del cabaret por parte de Diego Fernando Latorre en 1997. En 1993, el duro enfrentamiento entre los grupos liderados por Alberto José Márcico y Carlos Fernando Navarro Montoya le costó el trabajo nada menos que al maestro Óscar Washington Tabárez

“El Mono” Montoya, uno de los protagonistas, reconoció en una posterior entrevista que en un bando estaban Blas Armando Giunta, el Beto Márcico, el Chino Tapia, Manteca Martínez y Sergio Saturno, mientras que del otro estaban él, Juan Simón, Alejandro Giuntini y Chiche Soñora.

El enfrentamiento entre Navarro Montoya y Márcico en Boca

“A ellos les gustaba el champagne, la pizza y las motos de esquí. Y nosotros tomábamos agua mineral y nos gustaba salir con nuestras novias o señoras. Esa era la diferencia. En la semana pasaba que en la habitación de Beto o Blas se quedaban jugando al truco, y metían algo escondido, como una pizza. Y yo me iba a dormir. Estas cosas suceden dentro de los planteles”, explicó. Aunque luego, aclaró: “Dentro del campo, Blas o el Beto Márcico eran como mis hermanos, y para ellos lo mismo”.

Navarro Montoya lideró uno de los bandos en la interna de Boca en contra de Márcio

Más allá de la mirada siempre diplomática y edulcorada del Mono, la supuesta hermandad dentro de la cancha para defender el escudo o de Boca en el campo, no era más que una declaración vacía.

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La ida de Tabárez y la llegada de Menotti

Las reyertas internas se reflejaron en pobres rendimientos. Boca ganó el Apertura 1992 -su primer título en 11 años, desde Maradona que no lo conseguía- pero no jugó la Libertadores del 93. Por el desfase de calendarios en la Argentina, que había adoptado el calendario europeo, el xeneize quedó clasificado con su título para la Libertadores 94, en la que tuvo una desastrosa participación, con eliminación en primera ronda dirigido por César Luis Menotti.

En el medio, 1993 fue un año muy flojo para el equipo de la Ribera. La pelea entre los Halcones de Márcico y las Palomas de Navarro Montoya, hartaron a Tabárez que, acorralado por la crisis, renunció para refugiarse en su chalet de Malvín, en la hermosa costa montevideana. Lo sucedió el profesor Jorge Habegger, quien duró poco y en noviembre del 93 llegó Menotti también de muy pobre tarea. Eliminado en primera vuelta de la Copa, donde Cruzeiro le hizo 6 goles, y perdedor de los dos clásicos del 94 frente al equipo de Nuñez (0-2 y 0-3, ambos en la Bombonera).

Márcico lideró uno de los bandos en la interna de Boca en contra del Mono Navarro Montoya.

La interna sangrienta había devastado a una excelente plantilla xeneize. El rencor quedó mucho tiempo en el alma de los protagonistas de la guerra. Años después, ya retirado, Márcico recibió la noticia de la salida de Navarro Montoya de Boca -borrado por Bilardo por su condición de Menottista- y su viaje para fichar en España. “Al Gorila lo van a extrañar en la Panamericana”, expresó con ironía el Beto sobre su adversario interno.

Hoy, insólitamente o no tanto, se menciona a Márcico y Navarro Montoya como posibles managers del xeneize. ¡Y quizás hasta trabajando juntos!

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