Boca extiende la peor racha negativa sin victorias de toda su historia.

Boca extiende la peor racha negativa sin victorias de toda su historia.

Entrando en la fase final de la temporada, ninguno de los cinco grandes históricos del fútbol argentino entrega certezas de cuál será el balance definitivo de 2025. Quizás el que tiene el panorama más claro en ese aspecto sea Boca, con una clara tendencia a sumar otro año lamentable, después de un 2024 que, de tan malo, parecía irrepetible. Pero el xeneize parece dispuesto a superarse a sí mismo.

River Plate

River Plate no termina de definir un rendimiento parejo. Juega bien, regular o mal en forma indistinta. Pero mantiene todos los objetivos de 2025 aún vigentes, salvo, lógicamente, el Apertura, donde lo eliminara el campeón Platense. El Mundial de clubes, claramente, nunca fue un objetivo serio. Al menos para ganarlo.

El equipo no convence pero sostiene las metas y casi no pierde -tiene sólo dos derrotas en todo el año- y Gallardo parece haber tenido un mejor mercado que los anteriores. Con los pulmones de Portillo y Galarza Fonda, los pases gol de Quintero y la potencia de Salas. Su mira está en ganar la Liga o la Copa Argentina -o las dos- y la Libertadores. Podrá? En el plano local, posiblemente. En el internacional, si no mejora mucho, su techo parece cuartos de final contra el Palmeiras. Pero primero tiene que pasar Libertad. Y no será fácil.

Racing Club

El Racing Club de Avellaneda es otro de los misterios insondables del fútbol nacional. Capaz de triunfos y actuaciones espectaculares pero también de derrotas, sobre todo de local, que rozan lo insólito. El sábado estuvo a dos minutos de ganar en la Boca. Es capaz de todo, por lo bueno y por lo malo. Tiene los mismos objetivos que River Plate. Los dos títulos locales y la Libertadores, donde se cruzará en octavos de final contra el peligroso Peñarol.

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Costas parece haber asimilado la salida de Salas con la llegada del colombiano Duvan Vergara, aunque con diferentes características que el Mencho. En lo institucional, el prometido salto de calidad de Milito brilla por su ausencia. Le birlaron a Salas como a un equipo chico. Y la contratación de Marcos Rojo sumó un capítulo de improvisación por parte de Sebastián Saja absolutamente inaceptable. El zurdo no podrá jugar la Liga. Sólo la Libertadores y la Copa Argentina. El manager académico se enteró por TV.

San Lorenzo

San Lorenzo de Almagro es un milagro renovado. No se plantea metas, sólo le preocupa sobrevivir al día a día. Tiene un plantel muy corto, con un banco plagado de juveniles y un DT que dirigía a la Reserva y carece de antecedentes. Pero probablemente tenga capacidades. No se lo conoce como jugador ni tampoco como coach.

Ante semejante panorama, y con la amenaza permanente del posible regreso del licenciado y cuestionado presidente Marcelo Moretti, lo del Ciclón es meritorio. Porque su técnico Ayude recurre a chicos de inferiores para tapar agujeros y ellos le responden. Para sacar buenos resultados que lo tienen increíblemente cerca de clasificar a la Libertadores. Y para mostrar juveniles que abren la puerta a la ilusión de ventas salvadoras para paliar la desolación que provoca las arcas vacías. El viernes le ganó a Vélez, con un presupuesto mucho mayor, e incluso pudo haberlo hecho por más goles.

Independiente

Independiente es otro candidato al diván. Poco quedó del muy buen equipo del primer semestre. Pese a que se reforzó considerablemente. Extraña mucho las proyecciones y el gol que le aportaba el colombiano Angulo. Y también los rendimientos superlativos de grandes jugadores en el Apertura y sólo normales en el Clausura: Lomónaco, Loyola, Cabral

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Los nuevos que llegaron como aporte para un ataque que convertía poco –Pussetto, Mazzanti– todavía no han rendido. Contra River Plate volvió a mostrar una limitante que le es habitual: cuando tiene que ganar un partido grande siempre le falta el último paso. Con la excepción del triunfo en la Boca aunque finalmente no le sirvió para nada. Porque luego lo eliminó Huracán en Avellaneda.

Boca Juniors

Y Boca es un polvorín. Apenas disimulado por el empate de Milton Giménez a los 88 minutos contra Racing, apagando un incendio aún mayor. Doce partidos sin ganar, récord en la historia del club. Ocho sin ganar Russo en esta su tercera etapa en Boca.

Con apenas un triunfo en los últimos 21 partidos dirigiendo al xeneize, sumando juegos de la segunda etapa de Miguel Ángel en la Ribera. Un desastre total. Un año catastrófico. Puede no salvarlo pero sí morigerar la debacle si gana el Clausura y clasifica, después de tres años, a la Libertadores. O si llega a la Copa -o al menos a la Sudamericana- por tabla anual.

Así están los cinco grandes de la Argentina. Con más preguntas que respuestas.

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