Luis Zubeldía en la mira de Riquelme

Los malos resultados, la pobre gestión del vestuario y de grupo, los problemas de salud agravados y patentes en una debilidad manifiesta, colocan a Miguel Ángel Russo en una verdadera encrucijada laboral, que apunta más a su salida que a su permanencia. Zubeldía pica en punta.

El mal momento del Boca de Russo

Siete partidos sin triunfos en su actual ciclo, que se inició con el 2-2 contra el Benfica en el Mundial de Clubes, son una marca imposible de defender con argumentos resultadistas. Y tampoco existen los sostenes futbolísticos porque el equipo no muestra una forma definida de juego. Y los rendimientos individuales han decrecido notablemente en relación con los que los futbolistas brindan en el también discutido ciclo de Fernando Gago.

De sus últimos dos períodos al frente del equipo de la Ribera, en los últimos 20 partidos dirigidos, Russo ha ganado uno sólo. Los números son crueles con Miguelo. Cómo quiere jugar su equipo es un misterio insondable. Su manejo de grupo es pobre y tampoco es de él, sino de Claudio “Sifón” Úbeda, quien se hace cargo del 90% de las tareas del entrenador de Valentín Alsina, imposibilitado de asumirlas por la falta de fuerza física que lo aqueja, no así de la anímica, que lo mantiene enhiesto y con ganas de seguir dando pelea.

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La pregunta del millón es si Juan Román Riquelme lo habilitará a seguir en el combate, por ahora desigual. Riquelme -salvo en el caso de Gago– ha sido coherente en la elección de entrenadores: busca manejar títeres a los cuales presiona para que adopten su fórmula de juego y protagonistas preferidas. El 4-3-1-2 en lo táctico y el tozudo sostén de jugadores que no dan la talla en lo futbolístico o en lo disciplinario. O en ambos apartados. Cavani, Palacios, Velasco, Rojo -en este caso hasta que lo criticó en un asado de “camaradería” y cayó en desgracia- son sólo algunos de sus insostenibles favoritos.

Zubeldía podría ser el nuevo técnico de Boca

Cualquiera sea el sucesor de Russo -si no le gana a Racing Club tiene el boleto picado- tendría que hacerse cargo del particular modelo de conducción del presidente. En ese sentido, el nuevo delfín sería Luis Zubeldía. Hombre joven, de perfil bajo, con experiencia nacional e internacional. Con resultados aceptables pero no deslumbrantes en su CV. Carente de espalda xeneize, pero poseedor de un carácter dócil y receptivo que hace que Juan Román lo mire con singular cariño. Hacia allí apuntarían los cañones de cara a una nueva sucesión técnica que no está decidida. Pero parece irreversible.